jueves, 28 de julio de 2011

Destilados

Quizás tengas razón cuando dices que los viejos tiempos eran mejores. O tal vez no fueran mejores los tiempos, sino la compañía, los quehaceres de mentira, las responsabilidades reducidas. El reunirnos en tu casa y olvidarnos del reloj, el olor a marihuana en el portal, el dar igual quince que treinta mientras pudiéramos reír toda la noche sin que protestasen los vecinos.

Guitarras, cajones, tacones y ron del malo aderezaban aquellos días en los que planeábamos escapar en velero, dejarlo todo, comprar una isla y empezar de cero. No se pierden los recuerdos, al menos no los buenos y, por suerte, muchos son los que han quedado en mi memoria.

Es probable que, con el paso del tiempo, pocos seamos los que nos reunamos para rescatar los instantes que quieran escapar de nuestra cabeza, pocos quedarán de los que hoy me acompañan en un presente que se borra a cada instante. Me conformo con dos o tres, con los mejores.
Así que, aumentemos el porcentaje de buenas sensaciones y pensemos que los sueños de antes no tienen por qué convertirse en las pesadillas de ahora, que sabemos pintar el futuro de rojos y verdes, y mirar al pasado para mejorar el presente.
Hagámoslo, pero siempre juntos.
Nunca dejes de soñar.

miércoles, 27 de julio de 2011

Never let me go

O "Nunca me abandones". Bajo mi punto de vista, conmovedora y diferente. Basada en la novela del mismo nombre, escrita por el autor japonés Kazuo Ishiguro, nos presenta una historia de amor y amistad que va más allá de las limitaciones que los tres protagonistas (Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keira Knightley) presentan en sus complicadas vidas.

viernes, 22 de julio de 2011

Little Miss Sunshine

¿Sabes qué? Que se jodan los concursos de belleza. La vida es una mierda de concurso de belleza despues de otro. Colegio, luego la universidad, luego el trabajo. Que se jodan. Y que se joda la Academia de la Fuerza Aerea. Si quiero volar, encontrare un modo de volar. Haz lo que deseas y que se joda el resto.

jueves, 7 de julio de 2011

Tras la puerta

Despierta antes de que suene la alarma. Fija la mirada en baldosas agrietadas. Atesora palabras. Las recuerda cuando no estás. Ocupa lugares que no le corresponden. Dibuja sonrisas. Sonríe sin ganas. Enciende la tele. La apaga. Recorre con los ojos lo que no puede tocar con las manos. Incumple promesas. Defiende lo justo. Ayuda a quien ama. Se miente a sí misma. No piensa lo que dice. Dice lo que siente. Se acobarda ante lo desconocido. Olvida lo importante. Recuerda lo superfluo. Le gustan las estrellas. Piensa que puede congelar el tiempo en una foto. Le asusta la velocidad. Prefiere el invierno. Se siente culpable. Regala libros que ha leído. Le inquieta el paso del tiempo. Una canción puede cambiar su humor. Colecciona entradas de cine. No sabe tomar decisiones. Se enamora de imposibles y cree que el destino no hará mucho por ella.

miércoles, 6 de julio de 2011

Ahora que...

Ahora que nos besamos tan despacio,
ahora que aprendo bailes de salón,
ahora que una pensión es un palacio,
donde nunca falta espacio
para más de un corazón.
Ahora que las floristas me saludan,
ahora que me doctoro en lencería,
ahora que te desnudo y me desnudas,
y, en la estación de las dudas,
muere un tren de cercanías.
Ahora que nos quedamos en la cama,
lunes, martes y fiestas de guardar,
ahora que no me acuerdo del pijama,
ni recorto el crucigrama,
ni me mato si te vas.

Ahora que tengo un alma
que no tenía.
Ahora que suenan palmas
por alegrías.
Ahora que nada es sagrado
ni, sobre mojado,
llueve todavía.
Ahora que hacemos olas
por incordiar.
Ahora que está tan sola
la soledad.
Ahora que, todos los cuentos
parecen el cuento
de nunca empezar.

Ahora que ponnos otra y qué se debe,
ahora que el mundo está recién pintado,
ahora que las tormentas son tan breves
y los duelos no se atreven
a dolernos demasiado.
Ahora que está tan lejos el olvido,
ahora que me perfumo cada día,
ahora que, sin saber, hemos sabido
querernos como es debido,
sin querernos todavía.
Ahora que se atropellan las semanas,
fugaces, como estrellas de Bagdad,
ahora que, casi siempre, tengo ganas
de trepar a tu ventana
y quitarme el antifaz.

Ahora que los sentidos
sienten sin miedo.
Ahora que me despido
pero me quedo.
Ahora que tocan los ojos,
que miran las bocas,
que gritan los dedos.
Ahora que no hay vacunas
ni letanías.
Ahora que está en la luna
la policía.
Ahora que explotan los coches,
que sueño de noche,
que duermo de día.
Ahora que no te escribo
cuando me voy.
Ahora que estoy más vivo
de lo que estoy.
Ahora que nada es urgente,
que todo es presente,
que hay pan para hoy.
Ahora que no te pido
lo que me das.
Ahora que no me mido
con los demás.
Ahora que, todos los cuentos,
parecen el cuento
de nunca empezar.

-Joaquín Sabina-

lunes, 4 de julio de 2011

La lija y la seda

No se dio la vuelta. Si por lo menos hubiese existido ese último gesto, el que arroja una esperanza con la que no se contaba, ese que nos lleva a pensar que aún queda parte de nosotros en quien se está alejando; si hubiera ocurrido, no cabe duda de que los días serían más sueño que vigilia, más cama que calle, más flores que alcohol. Pero no se dio la vuelta y eso lo cambia todo. Una vulgar despedida para una historia que perfectamente podría haberse convertido en leyenda de las calles que ahora me ven deambular empapada en lo que pudo haber sido.

Quién sabe lo que hubiese pasado después, un abrazo tal vez, un silencio, un beso, una noche con más luz que el día, un "para siempre", un "nunca más". Me mata la duda, alojada en alguna parte de mi cerebro que se envenena con la imagen que no quiere recordar. Aún me veo anclada en la acera- "si se da la vuelta antes de que cuente diez es que me quiere pero no se atreve a decirlo" -con la ingenuidad de una juventud que me impedía ser objetiva.
Puede que tan sólo sean los prejuicios los que me lleven a pensar así, puede que si hubiera contado hasta veinte hubiera dado tiempo a que mirara hacia mi puerta, o que lo hiciera cuando yo dejé de observar su silueta, o quizás no se girara esperando que fuera yo quien, sin hacer ruido y por sorpresa, le alcanzara y le tapara los ojos susurrándole al oído "bienvenido".

domingo, 3 de julio de 2011

Los enamoramientos- Javier Marías

El enamoramiento. El sustantivo, el concepto; el adjetivo, el estado, eso sí es más conocido, por lo menos el francés lo tiene y el inglés no, pero se esfuerza y se acerca...Nos hacen gracia muchas personas, nos divierten, nos encantan, nos inspiran afecto y aun nos enternecen, o nos gustan, nos arrebatan, incluso nos vuelven locos momentáneamente, disfrutamos de su cuerpo o de su compañía o de ambas cosas, como sucede contigo y me ha sucedido otras veces, unas pocas. Hasta se nos hacen imprescindibles algunas, la fuerza de la costumbre es inmensa y acaba por suplir casi todo, incluso por suplantarlo. Puede suplantar el amor, por ejemplo, pero no el enamoramiento, conviene distinguir entre los dos, aunque se confundan no son lo mismo... Lo que es muy raro es sentir debilidad por alguien, y que nos la produzca, que nos haga débiles. Eso es lo determinante, que nos impida ser objetivos y nos desarme a perpetuidad y nos haga rendirnos en todos los pleitos (...).
Uno sabe que es incondicional de esa persona, que la va a ayudar y a apoyar en lo que sea, aunque se trate de un empeño horrible y que hará por ella lo que se tercie. Son personas que no es que a uno le hagan gracia, en el sentido más noble del término; es que le caen en gracia, que es diferente y mucho más fuerte y duradero. Como todos sabemos, esa incondicionalidad apenas tiene que ver con la razón, ni siquiera con las causas. De hecho, es curioso, el efecto es enorme y no hay causas, no suele haberlas o no son formulables. A mi me parece que interviene no poco la decisión, una decisión arbitraria... Pero en fin, esa es otra historia.