Mi estado de ánimo, ahora mismo, es esta canción.
viernes, 6 de abril de 2012
jueves, 5 de abril de 2012
Mañana en la batalla piensa en mí
Os transcribo unas líneas del último libro que he leído, de Javier Marías: “Mañana en la batalla piense en mí”; a su vez, rescatadas de "Ricardo III" de William Shakespeare:
“Mañana en la batalla piensa en mi, y caiga tu espada sin filo. Mañana en la batalla piensa en mí, cuando fui mortal, y caiga herrumbrosa tu lanza. Pese yo mañana sobre tu alma, sea yo plomo en el interior de tu pecho y acaben tus días en sangrienta batalla. Mañana en la batalla piensa en mí, desespera y muere“.
martes, 3 de abril de 2012
Mentira
Nunca sabrá lo que fue porque no entiende lo que ocurrió. Tan sólo llegará a admitir que pasó todo aquel tiempo llenando espacios vacíos de sueños malogrados, de tiempos muertos y besos al aire; que lo peor podría haber pasado pero lo mejor no llegó a suceder.
No es fácil dejar al aire cierto grado de insatisfacción contenido, el orgullo siempre gana, pero la mentira no cambia, no torna a verdad, aun cuando queramos que así sea e intentemos disfrazarla de sinceridad para despistar las sospechas de los que nos escucharán contarla. La mentira es lo más verdadero que escondemos, nuestro hilo conductor, un triste secreto, el lugar donde lo que pudo haber sido fue a morir.
Con el tiempo se transforma en un recuerdo que tal vez lleguemos a olvidar. Si bien es cierto que es difícil olvidar lo que se nos ha encomendado esconder también sucede que los años dibujan la mentira más ajena, más irreal, pero no más verdadera. La mentira camina pero no corre, susurra pero no grita, duele pero no mata. Tiene nombre y apellidos, día, lugar y miedo. Puede destruir o liberar, esconde lo que no queremos compartir con nadie, lo que haría de nosotros personas diferentes a los ojos de los que creen saber la verdad, la mentira que les hemos contado.
No es fácil dejar al aire cierto grado de insatisfacción contenido, el orgullo siempre gana, pero la mentira no cambia, no torna a verdad, aun cuando queramos que así sea e intentemos disfrazarla de sinceridad para despistar las sospechas de los que nos escucharán contarla. La mentira es lo más verdadero que escondemos, nuestro hilo conductor, un triste secreto, el lugar donde lo que pudo haber sido fue a morir.
Con el tiempo se transforma en un recuerdo que tal vez lleguemos a olvidar. Si bien es cierto que es difícil olvidar lo que se nos ha encomendado esconder también sucede que los años dibujan la mentira más ajena, más irreal, pero no más verdadera. La mentira camina pero no corre, susurra pero no grita, duele pero no mata. Tiene nombre y apellidos, día, lugar y miedo. Puede destruir o liberar, esconde lo que no queremos compartir con nadie, lo que haría de nosotros personas diferentes a los ojos de los que creen saber la verdad, la mentira que les hemos contado.
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