Yo se que tomas pastilas para dormir porque no encuentras otra manera de soñar, que caminas con la cabeza bien alta pero no eres capaz de mirar a los ojos de otra persona cuando te hablan. También se que escupes palabras que niegan lo que sientes y que te dejas barba porque no te gusta tu cara. Pero claro, son cosas de las que tú no te das cuenta. Son ese tipo de detalles que se llevan dentro y ya está.
Si ya sabemos que cuando llamas es, más bien, para pedir, que lo de dar no es tu fuerte. Como sabemos que no vendrás a vernos si no es porque te interesa, preferimos no verte. Y como sabemos que si no te vemos somos más felices, no te invitamos a que vengas, que ya tienes el valor suficiente como para hacer tu propia invitación. Luego no llores si cuando llames al timbre no te abrimos la puerta, luego no digas que no te lo advertimos.
Lo de gastar energía con gente como tú ya lo hemos vivido con otros y, si te digo la verdad, siempre hemos fantaseado con la idea de lo divertido que sería juntaros y meteros en una habitación sin puerta de salida. Pondríamos una cámara, además, para ver cómo os matáis los unos a los otros con descaros y mentiras.
Mira que te he dicho veces que no es bueno tener tanto ego, que no eres en quien pienso cuando me despierto, que hay muchos que huelen mejor que tú, por no entrar en temas más serios.
Da lo mismo, tú seguirás leyendo y pensando que escribo por y para ti, que esta boca es más tuya que mía y que nunca podrá ser de otro.
Haznos caso por una vez, y déjanos un poquito en paz.
¡Ah!y abrígate, que hace mucho frío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario