viernes, 29 de abril de 2011

Imprevisible

Tú eso no lo ves, claro. Tú miras la fachada y ya está. La culpa es mía, que nunca te he dejado ver lo que hay detrás, nunca he dejado las cosas claras. Pero es que temo que, si lo descubres, decidas besarme con rabia o echar a correr y no te vuelva a ver. Es difícil de explicar, me da tanto miedo lo uno como lo otro y, a su vez, lo deseo. No siempre es sencillo poner nombre a un sentimiento, aún siendo lo que más me guste hacer.
Si no sientes, corres el riesgo de perderte, está claro. Pero si lo que sientes lo dejas encerrado entre cuatro paredes, termina por minarte las noches y los días. Sobre todo las noches. Esas noches en las que preferiría tenerte en mi cama y tengo que salir a rastrear, esas que tengo que pasar sola, abrazando una almohada demasiado muerta.
Pero eso no lo sabes, ni tan siquiera creo que llegues a imaginarlo.

Puede que mañana me arrepienta de haber escrito esto, o puede que saque fuerzas y te lo cuente. También puede que, de repente, diga todo eso que nunca digo, todo eso que grito cuando me miras. O puede que, simplemente, desaparezca y no vuelvas a saber de mi.
Pero así soy, y entendería que no me entendieras, yo no lo hago, pero me ha tocado vivir conmigo y no puedo librarme facilmente del torbellino mental en el que ando sumida.

La soledad no es mala cuando es autoimpuesta, siempre lo he dicho, pero no poder tenerte cuando quiero me parece un desastre universal. Luego, la tierra tiembla y la gente se echa las manos a la cabeza mientras yo intento explicarme cómo es posible que aún no haya explotado en mil pedazos.

Que sí, que no soy de lo más cabal de tu territorio, pero admite que soy una pieza indispensable en un puzzle que no sabes terminar. Quizás sea eso lo que ocurre, que no terminas de encajarme entre todas esas otras piezas, que mis pestañas se enredan y cambian de posición cuando les viene en gana y eso te desorienta. Date cuenta ya. Cierra los ojos y recuerda cada paso, cada movimiento, no es tan difícil. Cada vez estás más cerca, no lo estás haciendo del todo mal. Pero hazme un favor, cuando caigas en la cuenta, dímelo y ayúdame a cerrar el círculo.

Ojala algún día podamos reírnos de cada letra, de cada palabra no dicha. Ojala seas lo feliz que mereces ser, que la vida te ponga donde deberías estar. Ojala todo.

3 comentarios:

  1. Me gusta este puzle de letras, o este lienzo de palabras, o este laberinto de intenciones escritas...

    Has vuelto a ser un placer, letra mediante.

    Un saludo

    Mario

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  2. "Que sí, que no soy de lo más cabal de tu territorio, pero admite que soy una pieza indispensable en un puzzle que no sabes terminar. Quizás sea eso lo que ocurre, que no terminas de encajarme entre todas esas otras piezas". Qué bueno :)

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