En noches como esta, sólo queda ponerse una copa de vino (detrás de otra), a lo Bridget Jones, escuchar una canción de lo más triste y, como mucho, coger un libro e intentar leer alguna línea antes de ponerte a cantar la desgarradora y melancólica canción como si fueras la mismísima Bony Tyler. Puede parecer patético, lo sé, pero tampoco lo veo tan malo.
A decir verdad, habría preferido emborracharme en compañía, tocar un poco la guitarra, bajar a dar un paseo por el barrio y observar si la luna tiene el mismo color que ayer. Me resulta duro pensar que, aún hoy, en noches como esta, después de un año, a veces necesite no estar sola. De vez en cuando, se necesitan cosas que no se piden y, claro está, tampoco te son dadas. Lo difícil es dar sin que te pidan y sin esperar nada a cambio. Aunque es cierto que siempre habrá alguien que lo haga, y siempre estarás dispuesto a hacerlo por alguien.
De momento, saldré del trabajo, me fumaré el cigarro de los viernes y, después, dejaré que la noche sea la que termine de mandar.
Pues a mí me parece una gran forma de canalizar una mala noche. No creo que se aprenda nada, pero es un estilo de vida. Y aquí se te ve un gran estilo ;)
ResponderEliminar