lunes, 4 de abril de 2011

Sonríe al espejo

Cuando las cosas están por salirse de lugar, terminan saliéndose todas. Esta mañana, sin ir más lejos, se me ha salido un dedo de la mano. Así, sin avisar. Ha decidido que no quería permanecer más tiempo agarrado al cuarto metacarpo y se ha dejado caer.
También puede ser que la tensión que vengo acumulando estos días haya querido escaparse por esa brecha. Macabro, pero gracioso.

Si pudiera cerrar los ojos y abrirlos viernes, por ejemplo, lo haría, sin lugar a dudas. Por desgracia, la ciencia no ha avanzado hasta esos límites. No quiero empastillarme, sólo estar tranquila. Y no creo que medicarme sea la mejor solución para estarlo. Prefiero ir a gritar contigo, caminar como pollo sin cabeza por mi barrio, ver atardecer y volver a casa algo más despejada. A veces me encantaría vivir ciertas cosas en tercera persona, pero este año he decidido empezar a responsabilizarme de todo aquello que me asusta. Estoy empezando a comprender que no debo salir corriendo cada vez que algo me da miedo. No quiero seguir huyendo.
Prefiero que me agarres la mano, me claves los ojos y me digas que todo está bien, que "somos". Y que, como "somos", estamos.

No quiero un 2011 primo del 2009. Quiero un año lleno de cosas buenas. Que aunque este nos haya golpeado en su primer hoja del calendario, aún tengo fé en que pueda florecer en primavera. Una primavera que se resiste a comenzar.

Pero seamos positivos y confiemos en que todo va a ir estupendamente. Enterremos la ansiedad bajo algún asiento de ese tren en el que ayer pensé que se me iba a ir la vida y empecemos a sonreír al espejo, que es el único que siempre nos va a responder.

1 comentario:

  1. Todo va a ir bien, confía en mis palabras y aférrate a ellas hasta q todo pase ;)

    ResponderEliminar