Ante la ridiculez, el silencio es la mejor opción. Aunque, si te digo la verdad, ha llegado el punto en el que me callo por puro cansancio. De verdad, no le veo sentido a discutir algo que ya se ha hablado. Está claro que, en la vida, hay momentos en los que debemos elegir entre dos caminos.
Si he escogido uno, no me preguntes por qué no he escogido el otro. No me vengas ahora con que aquel era mucho mejor porque, sinceramente, me da igual. No vayas a creer que todos somos como tú, de los que empiezan a caminar por uno y luego quieren atravesar, como sea, hacia el otro. Intento ser responsable de mis decisiones, aunque casi siempre termino decepcionando a la gente que más me importa. Por eso, he decidido dejar de correr hacia ninguna parte, que me fatigo y con este calor no puede ser bueno.
Ya lo dijo Machado: al andar se hace camino/y al volver la vista atrás/se ve la senda que nunca/se ha de pisar.
Así que, yendo despacito, he descubierto que el paisaje es mucho más interesante que el destino. No dejo nada a medio hacer y me da tiempo a darme cuenta de qué personas son las que están dispuestas a caminar a mi lado sin dejarme tirada cuando más queme el sol. En realidad, creo que hay muy pocas personas con las que podamos contar. A mi me sorprende la gente que dice que los dedos de una mano no le llegan para contar todos los amigos que tiene. Yo cuento, como mucho, tres personas que no me han fallado nunca, y ya me parecen demasiadas. No sé tú, pero yo encuentro más estimulante descubrir un diamante en bruto a la orilla del camino que dedicarme a meter piedras en los bolsillos de mi chaqueta a cada paso. Un diamante lo guardas para siempre. De las piedras, al final, tienes que deshacerte, porque lo único que consiguen es que la ruta sea más pesada.
Cuando me entra miedo, paro un rato, me tumbo en la hierba y respiro hondo. Siempre hay quien te acompaña mientras dura la oscuridad, te cuenta una historia alegre cuando estás triste y triste cuando estás alegre, para poderte reír en cualquier situación.
Algunos ya eligieron el camino del patetismo, yo escojo el de vivir la vida sintiéndome bien, ¿y tú?
Yo me quedo con los diamantes...aunque solo haya uno.
ResponderEliminar:) :)
ResponderEliminarYo también, aunque haya empezado a creer que personas que no te vayan a fallar nunca nunca... simplemente no existen, y eso no es necesariamente triste. Yo tampoco puedo prometer que esté segura de no fallar en ninguna ocasión ;)