domingo, 3 de julio de 2011

Los enamoramientos- Javier Marías

El enamoramiento. El sustantivo, el concepto; el adjetivo, el estado, eso sí es más conocido, por lo menos el francés lo tiene y el inglés no, pero se esfuerza y se acerca...Nos hacen gracia muchas personas, nos divierten, nos encantan, nos inspiran afecto y aun nos enternecen, o nos gustan, nos arrebatan, incluso nos vuelven locos momentáneamente, disfrutamos de su cuerpo o de su compañía o de ambas cosas, como sucede contigo y me ha sucedido otras veces, unas pocas. Hasta se nos hacen imprescindibles algunas, la fuerza de la costumbre es inmensa y acaba por suplir casi todo, incluso por suplantarlo. Puede suplantar el amor, por ejemplo, pero no el enamoramiento, conviene distinguir entre los dos, aunque se confundan no son lo mismo... Lo que es muy raro es sentir debilidad por alguien, y que nos la produzca, que nos haga débiles. Eso es lo determinante, que nos impida ser objetivos y nos desarme a perpetuidad y nos haga rendirnos en todos los pleitos (...).
Uno sabe que es incondicional de esa persona, que la va a ayudar y a apoyar en lo que sea, aunque se trate de un empeño horrible y que hará por ella lo que se tercie. Son personas que no es que a uno le hagan gracia, en el sentido más noble del término; es que le caen en gracia, que es diferente y mucho más fuerte y duradero. Como todos sabemos, esa incondicionalidad apenas tiene que ver con la razón, ni siquiera con las causas. De hecho, es curioso, el efecto es enorme y no hay causas, no suele haberlas o no son formulables. A mi me parece que interviene no poco la decisión, una decisión arbitraria... Pero en fin, esa es otra historia.

1 comentario:

  1. No deja de ser un misterio, en definitiva, aunque Marías se acerca muy mucho al explicarlo.
    Una sensación bonita, no cabe duda...

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