Mírate
así
qué cangrejo monstruoso atenazó tu infancia,
qué paliza paterna te generó cobarde,
qué tristes sumisiones te hicieron despiadado.
no escapes a tus ojos,
mírate
así
dónde están las walkirias que no pudiste,
la primera marmita de tus sañas,
te metiste en crueldades de once varas,
y ahora el odio te sigue como un buitre
no escapes a tus ojos,
mírate
así
aunque nadie te mate,
sos cadáver
aunque nadie te pudra,
estás podrido
dios te ampare,
o mejor
dios te reviente.
Uff... un poco Freud, y un poco Blas de Otero. Nunca había leído a Benedetti así
ResponderEliminar