Hay cierto tipo de personas a las que voy metiendo en un saco. Llevo unos cuantos años haciéndolo y es posible que algún día termine por llenarse. Cuando eso suceda, lo anudaré bien y lo tiraré al primer río que vea. Está claro que, para cada uno de nosotros, ese tipo de personas tiene diferentes cualidades. A mi saco, entre muchos otros, han ido cayendo horteras, vanidosos, cobardes, hipócritas, todos aquellos que se dejan llevar por río social en el que algunos intentamos nadar a contracorriente, y los retorcidos que inventan más que hablan. Aunque seguramente ellos no piensen lo mismo y, si tuvieran un saco, se irían deshaciendo de los que encajan en mi definición de buena gente.
Todo es relativo, y que a mi me parezca estupendo que quieras pintar conmigo las paredes de mi casa mientras me dejes elegir el color, no quiere decir que tú no puedas preferir que yo lleve el color a la tuya y pintemos con tus rodillos.
Pero vamos a dejarnos de rollos metafóricos, esto viene a que si tú fueras un poco menos gilipollas es muy posible que no estuvieses metido en el saco del que vengo hablando. Si no te hubieras dejado llevar por la ira del momento, si no hubieras pateado más de un mueble y más de dos, si no hubieses tenido ciertas alucinaciones visuales y auditivas, estoy completamente segura de que seguiríamos bebiendo cervezas y compartiendo libros, inventando frases y matando días. Pero saliste rana y resultaste ser uno de los desequilibrados mentales más histriónico que he conocido. Mira que te dije que perder el equilibrio, de vez en cuando, no viene mal pero, como en toda balanza, cuando el que vence es el lado malo, terminas por caer al saco.
Es una lástima que esté tan lleno y no pueda rescatarte. Es tanta gente la que hay ahí dentro que me aterra la idea meter el brazo y terminar mintiendo a gritos que me han arrastrado, por error, hasta allí.
Tenemos cierto resentimiento últimamente? ;)
ResponderEliminarPero estoy completamente de acuerdo. Sin duda, éste también se lo dedicaría a alguien