martes, 20 de diciembre de 2011
Memorias de África
Conozco una canción de África, que habla de la jirafa y de la luna nueva africana descansando sobre su lomo, de los surcos en los campos de cultivo y de las caras sudorosas de los recolectores de café. ¿Acaso conoce África una canción que hable de mí? ¿Se agitará el aire sobre la llanura con un color que yo he llevado? ¿O tal vez los niños inventarán un juego en el cual figure mi nombre? ¿Formará la luna llena una sombra sobre la grava del camino que se parezca a mí? ¿O tal vez me buscarán las águilas de las Colinas de Ngong?
domingo, 18 de diciembre de 2011
(R)evolución
Poco importa caer donde ya se ha caído cuando se sabe cómo salir. No duele, a penas deja rastro, no me asusta ni me hace más feliz. Es caer por haber olvidado cómo volar, es tener la piel magullada y no darse cuenta ni de que hay un charco de sangre en el suelo.
Ya no pienso en ti cuando estoy sola y las paredes me hablan , ya no eres distinto, te veo tan común como el resto de personas que se creen diferentes.
Tarde o temprano, descubres otro río en el que dejarte llevar, más largo y caudaloso. Y no es mejor ni peor, es cuestión de seguir, de avanzar, de darse cuenta de que lo que ayer me parecía irreemplazable hoy se me antoja de lo más prescindible, y aceptarlo.
sábado, 17 de diciembre de 2011
Serendipia
Lo que callo, lo que no digo para que no sepas, o para no escucharlo yo, porque suficientemente difícil es ya saber algo que desearías no tener dentro como para tener que escucharlo, todo eso, tengo que almacenarlo en alguna parte para que no duela. A veces, lo dejo aquí. Otras, lo convierto en música.
And then I looked up at the sun and I could see
Oh, the way that gravity turns for you and me
And then I looked up at the sky and saw the sun
and the way that gravity pulls on everyone, on everyone...
And then I looked up at the sun and I could see
Oh, the way that gravity turns for you and me
And then I looked up at the sky and saw the sun
and the way that gravity pulls on everyone, on everyone...
viernes, 16 de diciembre de 2011
Condicional
Podríamos haber llegado a querernos sin mares de por medio, haber sucumbido a la locura de dejarse arrastrar por la casualidad y haber entrado en una dimensión en la que no existiesen ni el tiempo ni la distancia.
Podríamos haber pasado más minutos mirándonos las caras, cogiéndonos las manos y arañándonos la espalda que tragándonos palabras, dejando al frío entrar y congelar la proeza de ser un poco más valientes.
Deberíamos haber roto el segundero, habernos aferrado a las noches alumbradas con velas y bocas de metro a punto de cerrar.
Si hubiésemos estrenado el cuaderno en blanco que tanto polvo guarda, si sus páginas se hubiesen llenado de alguno de los sentimientos que ni tan siquiera hoy sabemos que guardamos, tal vez hubiésemos llegado a paladear la libertad.
Pero, aún así, habríamos tenido poco tiempo para todo porque, en realidad, siempre quedará muy poco tiempo para todo.
Podríamos haber pasado más minutos mirándonos las caras, cogiéndonos las manos y arañándonos la espalda que tragándonos palabras, dejando al frío entrar y congelar la proeza de ser un poco más valientes.
Deberíamos haber roto el segundero, habernos aferrado a las noches alumbradas con velas y bocas de metro a punto de cerrar.
Si hubiésemos estrenado el cuaderno en blanco que tanto polvo guarda, si sus páginas se hubiesen llenado de alguno de los sentimientos que ni tan siquiera hoy sabemos que guardamos, tal vez hubiésemos llegado a paladear la libertad.
Pero, aún así, habríamos tenido poco tiempo para todo porque, en realidad, siempre quedará muy poco tiempo para todo.
jueves, 1 de diciembre de 2011
Extrema pobreza
Intentar cambiar nuestra situación es como meter los pies en el barro y dejarse hundir. He llegado a la conclusión de que no serás tú quien me tienda la mano para salir del pozo de lodo del que intento rescatar los recuerdos más limpios.
El problema es que empezamos decepcionándonos y lo que mal empieza no termina mejor. Desde entonces, nos hemos preocupado más de tensar la cuerda que de usarla como guía para estar más cerca. Al parecer, te has cansado de agarrar y has terminado cortándola, dejando para mi el cabo más largo, así que creo que tirarla en el suelo y marcharme es lo mejor que puedo hacer, ¿para qué almacenar lo que ya no sirve? Tal vez alguien la encuentre y pueda darle el uso que nosotros no le supimos dar. Tal vez le ofrezca un extremo a alguien que sepa enrollarsela a la cintura para acercarse a quien, en teoría, ama.
Pero hablarte de amor es como meter los pies en el barro y dejarse hundir.
El problema es que empezamos decepcionándonos y lo que mal empieza no termina mejor. Desde entonces, nos hemos preocupado más de tensar la cuerda que de usarla como guía para estar más cerca. Al parecer, te has cansado de agarrar y has terminado cortándola, dejando para mi el cabo más largo, así que creo que tirarla en el suelo y marcharme es lo mejor que puedo hacer, ¿para qué almacenar lo que ya no sirve? Tal vez alguien la encuentre y pueda darle el uso que nosotros no le supimos dar. Tal vez le ofrezca un extremo a alguien que sepa enrollarsela a la cintura para acercarse a quien, en teoría, ama.
Pero hablarte de amor es como meter los pies en el barro y dejarse hundir.
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