domingo, 18 de diciembre de 2011

(R)evolución

Poco importa caer donde ya se ha caído cuando se sabe cómo salir. No duele, a penas deja rastro, no me asusta ni me hace más feliz. Es caer por haber olvidado cómo volar, es tener la piel magullada y no darse cuenta ni de que hay un charco de sangre en el suelo. 
Ya no pienso en ti cuando estoy sola y las paredes me hablan , ya no eres distinto, te veo tan común como el resto de personas que se creen diferentes.
Tarde o temprano, descubres otro río en el que dejarte llevar, más largo y caudaloso. Y no es mejor ni peor, es cuestión de seguir, de avanzar, de darse cuenta de que lo que ayer me parecía irreemplazable hoy se me antoja de lo más prescindible, y aceptarlo.


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