Me gustan la nieve, los abrazos y los conciertos bien cantados. El olor a césped recién cortado, las tormentas de verano y secar mi cuerpo al sol.
Me gusta la sopa caliente, las croquetas frías y mirar sin ver la tele.
Odio las faltas de ortografía, el olor a sudor, y decir "no" cuando quiero decir "sí".
Me gusta llevar banda sonora mientras ando, el sonido del mar, los besos robados, y mucho más (aún) si los guardas para mi.
Me gusta leer en la ribera, el fuego en las chimeneas, viajar en tren y hablar con desconocidos.
No me gustan los ratones, los prejuicios y los puntos finales abandonados por dos puntos suspensivos.
Adoro el cine, contar las estrellas y hablar en la oscuridad. La inocencia de los niños e imaginar la historia de las personas cuando cojo un autobús.
No me gustan los aviones, la gente que estudia en alto, ni los cantantes que no componen sus canciones.
Sin embargo, me encanta la sensación de calor al llegar a casa en invierno, las toallas calientes después de una ducha y los días en que camino a tres metros sobre el suelo.
No me gustan los gritos de mi madre, los falsos juramentos ni que me obliguen a hacer algo.
Me gusta pelar las manzanas sin que se me rompa la cáscara y desenvolver los bombones sin que se rompa el papel.
Las sorpresas, los coches pequeños y los ojos grandes.
(continuaré...)
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