No es lo mismo que me digas que me quieres a que me quieras sin decirlo.
Ya es sabido que la valentía se paga cara, y tú eres demasiado probre.
Y es que no es lo mismo que digas "vete para no volver" que "vuelve y no te vayas". Que ya no sabes si blanco es mejor que negro. Que hoy lo uno y mañana lo otro. Me mareo y el vértigo no es una sensación agradable.
Porque no es lo mismo esperar para tenerte que no tenerte y esperar. Tres son mutitud, y deberías saber que en esta baraja o sobra una sota, o muere el rey. Que apuesto a espadas, pero gano en copas.
Tampoco es lo mismo perdonar y no olvidar, que olvidar sin perdonar.
Ni contar los días que quedan para verte, que romper el calendario por no contar en vano.
Ni que bailes con ella pensando en mí, a que pienses en mí bailando conmigo.
Que jamás pensé que elegir lo cómodo, fácil o racional fuera la tuyo. Pero nada me sorprende si viene de ti.
Ahora dime que no me quieres, que me vaya para no volver, que no te espere porque no voy a tenerte, que te olvide sin perdón, que rompa el calendario porque si bailas con ella no piensas en mí.
Dilo una vez más. Quiero oírlo. Aunque sólo sea para quererte un poco más, para quedarme y no marcharme, para esperarte tachando días del calendario. Sin olvido, con perdones, y bailando contigo hasta el amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario