Lo más fácil sería decirlo rápido, sin rodeos. A poder ser, de una manera en la que a penas llegues a escucharlo. Quizás saludarte y, como quien habla de la situación actual en Japón, decirte algo así como: por cierto, me he enamorado de ti, y creo que la vida es menos mala y algo más dolorosa desde que me despierto con tu imagen en mi cabeza.
No estaría mal porque, como no sueles escucharme, yo me engañaría, fingiría que lo sabes y me quitaría un gran peso de encima.
Y aunque piense que nunca me resultará fácil decir tal cosa, tengo miedo de que, si no lo hago, un día de estos me descubras escondiendo el corazón en el bolso, envuelto en sangre y flores, y te asustes.
También es verdad que podrías ser tú quien empezara a sincerarse y contarme que se te escapan los latidos cuando me tocas. Que no es por tenérmelo creído, pero es que sé que te ocurre. Y, aunque lo sé (y puede que tú aún ni te hayas dado cuenta) quiero oírtelo decir. Podrías quedar conmigo donde siempre, tomarnos unas cuantas cervezas, las necesarias para envalentonar la lengua, montarnos en un metro y soltarlo en el vagón, justo antes de bajar en tu parada. Así, yo me quedaría con las ganas de salir corriendo detrás de ti y besarte como seguramente nadie te haya besado antes. Con las mismas ganas que siempre me trago al cruzar la puerta. Así, de paso, evitaría el riesgo de volverme vulnerable al lanzar mi secreto a tus ojos.
No encuentro una manera convencional de decirlo. Ya sé que piensas que el problema reside en que ni yo misma lo soy. Pero claro, estar enamorada no es sencillo, desgasta mucho. Ultimamente no duermo, tan pronto como poco, como me pego una atracón de chocolate, me muevo más que los precios y a veces pienso que ni mi cuerpo ni mi mente van a poder llevar este ritmo al que los tengo sometidos mucho más tiempo. Estoy agotada, ¿cómo decir que en lo que más concentración consigo obtener es en escribir esta estúpida basura?
Sé que es un lío, un gran lío. He tratado de decírtelo mirándote a los ojos, sonriendo cuando me hablas de cosas serias, y dándote la mano de vez en cuando. Y aunque creo que ha quedado suficientemente claro lo perturbador que todo esto está siendo para mí, tampoco quiero no estar enamorada de ti. Me gusta que me gustes. Me encanta que me gustes. No entraba en mis planes, pero has aparecido y doy gracias a lo que sea que te haya traído hasta mí. Estoy tan contenta como jodida, y eso es fabuloso.
De momento, me voy a celebrarlo con mi mejor amiga. Luego, quizás te llame, y justo cuando cuelgues te diré lo que nunca te digo y siempre me muero por decirte.
Acabo de hallar una frase clave para nuestro futuro corto, si me la prestas? :P Que bonita es la vida y que fabuloso es tener algo lleno de primaveras que contar. Bravo nuevamente, algo está conspirando en torno a nuestro circo de narices de payasos particular.
ResponderEliminarSu mejor amiga jaja
Qué frase? Claro que te la presto, y casi puedo adivinar qué frase es! Quién ha dicho que seas mi mejor amiga?:P
ResponderEliminarLas narices nuevas van a traernos otro buen año :)
Gracias por todo...
No hace falta q te la diga, via telepática lo habrás percibido jjj El texto acredita entre líneas, q lo soy :P El 15 de marzo, comienza una nueva era, va a ser nuestro año, lo presiento :)
ResponderEliminar