jueves, 26 de mayo de 2011

El agujero negro

Quería hacer muchas cosas, contar estrellas, hacerte canciones y cantarlas cuando el resto del mundo se hubiera ido de sueños con Morfeo. Coger el coche y marcharme lejos, sin importarme dónde. Sin mapa, pero contigo.
Quería conservar tu olor en la habitación, algún recuerdo que te hiciera presente incluso cuando no estuvieras. Vencer el miedo a la velocidad, a volar, a saltar. Preocuparme menos por las cosas, sonreír a tu sonrisa y morderte los labios. Quería mirar desde tus ojos, creyendo que, así, lograría comprender lo que nunca llegué a entender. Porque hay cosas que sólo uno conoce.

Quería lunes y domingos. Sábanas, secretos, miradas y estaciones. Primaveras, veranos, otoños e inviernos. Chaparrones, bicicletas, montes y barcos. Quería llorar sin que me importara parecer vulnerable, que me cogieras de la mano y me contaras cómo empezaba a clarear, ser una escultura de piedra blanda.

Quería hacerte gritar, sacarte de quicio, dejarte sin respiración. Encontrar la salida de tu laberinto, encender unas velas y desnudarte a media luz.

Quería muchas cosas. Tantas, que un día, mientras veía amanecer, me di cuenta de que ya no quería ninguna. Supongo que cuando se desea tanto, termina por vencer el cansancio de no tener nada. Lo reconozco, me rendí. Y en la nada me quedé.
Hoy, ni tan siquiera me resulta triste pensar que nunca fui capaz de decirte lo que hubiera hecho por conseguir cada una de las cosas de esta estúpida lista. En definitiva, no creo que quisiera ni más ni menos que lo que quiere una persona enamorada. Me resulta de lo más común, se me hace casi vulgar.

No son buenos tiempos. Esperaba menos lluvia esta primavera.

4 comentarios:

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  2. Al final siempre llueve más de lo que dicen los meteorólogos. Pretenden que soñemos con ser felices para que la ostia sea mayor. ¿No comprenden que la profesión de soñador es vitalicia como el sueldo de un político? Mañana habrá clareado, pulsaremos la neurona de resetear y perderemos nuestros pensamientos mas allá de los horizontes...

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  3. Es difícil entender que alguien no quiera compartir todo eso con alguien que saber querer tantas cosas :) Pero al final, quién sabe si mañana, cuando escampe, no nos alegraremos de haber guardado todo eso por si alguien de verdad lo quiere...

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