lunes, 26 de septiembre de 2011

Probabilidad

Siempre quisiste vivir en un mundo en el que todo fuera posible pero, aunque sabías que nada era imposible, no tuviste en cuenta que todo era improbable y me cansé de verte queriendo lo que no debe quererse por no ser querido el momento en el que deben quererse ciertas cosas. Habría sido mejor querer lo que tenías que querer, unas manos que no fuesen a soltar las tuyas en pleno vuelo, mirar sin miedo, besar con rabia, reír con ganas, dejarte sorprender, asumir ciertos riesgos, abandonar la manía de mezclar la ropa blanca con la de color y empezar a sincerarte contigo misma.


Sin embargo, no lo hiciste, no lo haces y, algún día, cuando todo haya pasado, te darás cuenta de que la espera no sirvió de nada y que el calor que esperabas a penas fue una ilusión del frío que recibiste.
A nadie le gusta dormir con su enemigo, a no ser que esté dispuesto a sufrir, pero quién te va a advertir a ti, que llevas años mezclando sentimiento y apatía, de que compartes lecho con el mismo diablo. Nadie es quien dice ser, ni llega a ser lo que cree ser.
Ese día, te odiarás por haber malgastado el amor que ahora ilumina tus ojos cuando te rozan otras manos, pero sentirás alivio. Alivio por haber dejado atrás unos días que hoy te parecen muros inquebrantables, alivio por mirar atrás sin fingir las sonrisas.

Algún día usarás la comprensión como arma blanca y me herirás de gravedad.

1 comentario:

  1. PROBABILIDAD (DESIDERÁTUM)

    Es probable que un día tengas que hacer recuento,
    escoger —con todo lo que ello conlleva: tasar,
    reconocer, elegir, rechazar—
    de entre todos los equipajes
    que te han acompañado;
    descubrir el fondo de las maletas,
    asimilar un arrugamiento en las tripas
    cuando te des cuenta
    de que todo aquello que quisieras recordar
    no lo recuerdas,
    y viceversa.

    ResponderEliminar