martes, 4 de septiembre de 2012

Septiembre

Yo escribo sobre ti desde antes de conocerte y seguiré haciéndolo aún cuando crea haberte olvidado.
Tú no tienes nombre pero sí un puñado de palabras, no sabes lo que me cuesta mantener la mirada sobre unos ojos desconocidos y apareces cuando el resto deja de existir. Escribes sobre mí pero no lo sabes, no mientes pero dueles, abrazas como nadie pero actúas como todos.

Yo te espero leyendo, apoyada en el árbol que aún no conoces, bajo la esperanza que derraman sus ramas, con los puños cerrados y el corazón contento.
Me quitarás el disfraz y te taparé los ojos. Te quedarás con las ganas de parar el ascensor porque seré yo quien lo haga y amenazarás con marcharte cada vez que el corazón quiere salirse de tu estómago.

Viviremos en un mundo que ninguno imaginamos.

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