Me gustaría hablar de altruismo pero la ficción nunca fue mi fuerte, hace ya tiempo que los actos desinteresados se encuentran en peligro de extinción. Nada nuevo, exceptuando que yo me he dado cuenta de ello esta semana. De sobra es sabido que el hedonismo se ha hecho con la hegemonía de cada muestra de gratuidad que pudiera quedar esparcida entre los dedos de alguna de las personas que nos rodean.
Escribo esto desde la rabia de haber concluido que no hay nadie que no viva desde el egoísmo, el mero hecho de pensar que tal vez yo esté viviendo de esa manera me repugna. La impotencia de no poder escribir sobre el altruismo porque no exista y a mí nunca me haya gustado la ficción me desvela cada noche y me aleja, cada día, un poco más de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario