lunes, 15 de febrero de 2010

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Escribiré palabras para ti. Tal vez no sean nuevas, resulten repetitivas, monótonas o creas que no expresan nada. Pero serán sinceras.

Las palabras son muy bailonas, por lo menos las que yo escribo, y sus reacciones serán de lo más inesperado. No sabrán quedarse quietas en un poema, una verborrea filosófica o en una carta de amor. Así que unas veces decidirán agruparse en frases. Sentenciando, preguntado, pregonando, jugueteando, deseando o desaprobando. Luego, todas esas frases, muertas de frío o ávidas de encuentros, se apiñarán en textos de distinta extensión e intensidad literaria que leerás pensando que no hablan de ti.

Otras veces querrán ser escritas al azar, aparentando sufrir una grave alteración de la coherencia que tan sólo quedarán en eso, en apariencia, pues es lo que se estila, mas no lo que me gusta. Nunca me ha gustado disfrazarme, por lo menos voluntariamente, tras apariencias de porcelana, frágiles y quebradizas.

Así conocerás las partes que componen toda esta maquinaria explosiva que reside en mi, mientras cada una de las letras se ira acomodando en los diversos y recónditos rincones de tu interior. Reconfortándote, acariciándote, sorprendiéndote o tan sólo acompañándote si yo no estoy.

Puede que a veces no entiendas lo que quieren decir y tengas que leer entre líneas. No será fácil, pero se que al final, con poco esfuerzo, conseguirás comprender lo que quiero decir.

Vulgares o poéticas, repulsivas o atractivas, reprochables o adorables… Pero todas, y cada una de ellas serán para ti.

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