lunes, 19 de julio de 2010

Todo lo demás

Me he cansado de escuchar palabras con mucho valor pero sin ningún significado.
Ya no sé cómo explicarte que cuando das un puñetazo sale moratón. No pienso seguir buscando tréboles de cuatro hojas donde sólo crecen cardos. Que se pinche otra.
Es como reírse sin ganas o nadar a contracorriente. Un reto al principio, una mierda al final.

Ahora es cuando se nota la diferencia entre viajar en preferente o en turista, entre los detalles de unos y las putadas de otros, entre los besos con sal y la sal sin besos.
El calor da asco. En realidad, casi todo me da asco ahora mismo. Si se me cae un tenedor, me da asco recogerlo. Si empiezas a hacer las cosas que dijíste que harías, empezarás a darme asco. No es justo, lo sé. Pero tampoco es justo que seas tan mentiroso y lo tengo que aceptar.

Son esta clase de cosas que incomodan, que no te dejan vivir tranquilo. Y hay algo de lo que no me olvido: aquí lo malo se desecha. Así de fácil.
Así que mejor te quedas donde estás, dejas de escupir hacia arriba, cierras la boca, no te entran moscas y, de paso, no tengo que oírte más.

Mírate los zapatos pero no eches a andar, no sea que desgastes suela. Jura y perjura, pero no cumplas tus promesas, no sea que empieces a parecer mejor persona.

viernes, 16 de julio de 2010

Like a rolling stone


Veintidos.
Veintidos deseos que pedir, velas que soplar, promesas que cumplir, besos que robar.
Manos que olvidar, palabras que escribir, ciudades por pisar.

Veintidos miedos arraigados, lunares en tu espalda, cristales que romper, canciones que tocar, días que esperar, películas con las que lloré, gritos que ahogué, noches que quemé.
Flores que regar, olas que saltar, lunas llenas en el mar.

Veintidos personas que conservar, ojos que miro sin miedo a fracasar. Pares de zapatos que jugando desgasté, toboganes por los que algún día resbalé, escondites que olvidé, libros por leer, conciertos que disfruté.

Quizás esta no sea la mejor entrada, pero es que al final no soy ni más ni menos. Ni menos es más.
Tan sólo eso, veintidos menos para los veintitres.

Momentos, momentos, y más momentos. Porque dentro de veintidos tengamos una discografía de vídeos musicales! Muchas gracias a todos. Y a ti, por todo...

jueves, 15 de julio de 2010

Definición

Hasta aquí llegó el ritual de enfados y canibalismo estúpido. Son demasiadas horas en vela y nada que decir.
Descansamos nuestra espalda en las persianas bien cerradas, tú y yo anémicos.
Y a cada parpadeo calmado intentamos dormir.

Terapias mal llevadas sin nadie que mediara por dos histéricos.
Mis gritos envasados al vacío reventaron al fin.
Y ahora congelo cada instante sabiendo de antemano que son los últimos, la noche en que el noventa y nueve llegó hasta abril.

Ya no hay ganas de seguir el show ni de continuar fingiendo.
Sólo quiero ser espectador, relax, entertainment.
Me pregunto quién pensó el guión debe estar bastante enfermo. Fue el estreno de un gran director, le caerán mil premios.
Y al subir al taxi mis palabras son vapor de cristal. Y me dejo el alma cuando escribo en la ventana: "que sea cierto el jamás".
¡Oh, cállate!

Y ahora relájate, ella lo lleva bien. Está aliviada, ¿ves?, todo ha acabado bien.
Te dice: "fíjate, mira mis manos, ¿ves?, no pesan nada, ¿ves?, están flotando ¿ves?".

Putas ganas de seguir el show, ni de continuar mintiendo. Y en un travelling algo veloz sale un "fin" en negro.
Me pregunto quién pensó el guión, debe estar bastante enfermo. Fue el estreno de un gran director, le caerán mil premios.

Y a medias del viaje, callo a gritos que no quieras bajar. Y pierdo la conciencia cuando escucho como dices:
"que sea cierto el jamás".
¡Oh, muérete!

miércoles, 7 de julio de 2010

Gracias por haber venido a abrigarme el corazón


Vuelta al infierno de Madrid. Pero esta vez acompañada por Estefanía, ¡¡enfermera de Rascafría!! Suena bien.
Soy de las que piensa que a las personas buenas les ocurren cosas buenas. Que todo lo que se hace mal (o bien), tarde o temprano, se nos es devuelto. Mi mejor amiga debe tener un máster en bondad.

Siempre bromea con la manera tan cómica en la que me acerqué a ella. Pero creo que, en el fondo, agradece que ocurriera. Cuando caigo, me levanta. Cuando vuelo, me acompaña. Es como un yang a mi ying. La paz a mi guerra. El "Wilson" a mi "House". Supongo que por eso aún no me ha dejado. Y es que han pasado tantas cosas desde que está conmigo que no tengo muy claro si estaría donde estoy si no hubiera aparecido. Si no me hubiese comprado un calippo aquel verano, si no me hubiera llevado a la puerta de Ruth este invierno, ni me hubiera acogido en su casa aquellas tardes negras de enero en las que estar en la mía resultaba insoportable. Nada habría sido igual.

Tiene más capas que una cebolla. Pero si encuentras el cuchillo adecuado es fácil separarlas y ver el interior. El suyo brilla. No miento. Podrías pensar que cuento todo esto porque es mi amiga, pero se diferenciar a una persona especial de una simple. Y si el chocolate "gorder" es a los churros lo que ella a mi, no hay mucho más que expresar.

Está sentada frente a mi, ajena a toda esta verborrea sentimentalista. Es otra de las que entra, lee, y se marcha. Pero se que hoy, además, sonreirá.
Un paso más, un paso menos...pero juntas. Mucha suerte.

domingo, 4 de julio de 2010

No me chilles que no te veo

¿Alguna vez habéis tenido la sensación de haber hecho un ridículo espantoso y no tener claro muy bien por qué?
Pues así me siento yo. Son de estos días en los que te levantas y te felicitas. Te dices: "Muy bien, lo estás haciendo muy bien. Carai! te superas día a día. A este paso te dan un premio a la más gilipollas".
Y también piensas que puede que sea la resaca la que te esté nublando un poco la realidad, pero la sensación no ha desaparecido a pesar del paso de las horas.

Tomas un vermouth, tomas el sol, te tragas una misa, las lecciones de vida de tu abuelo, el partido de Nadal, las peleas de tus primas, los gritos de su madre. Vas a la huerta a coger unas cerezas, te pones de guisantes hasta arriba, te bañas en la piscina y les cuentas a tus amigas que te sientes tremendamente gilipollas.
Manda narices que tengan que ser precisamente ellas las que te digan que no eres tú la idiota que debería morderse la lengua más a menudo. Que el ridículo no lo has hecho tú, que de lo único que tienes culpa es de ser amable con esa clase de gente que tiene el borde subido, el prejuicio por bandera, la impertinencia por definición y la simpatía atrofiada.

Conduces hasta Palencia y llamas a Santa. Tienes ganas de verle, de cenar con él, de rememorar viejos tiempos, de reirte de todo, de no contarle como te sientes para no tener que seguir hablando de algo sin ninguna clase de sentido. Y te pones a escuchar "Domingo astromántico", que no cambia la sensación, pero por un momento vuelves a sonreir. Sonríes, claro, hasta que recuerdas que también la cagaste en eso. Y te sientes, todavía, más idiota. No sólo ha sido una herida la que has causado.

Como siempre, incomunicado. El mismo niño desastre que se rompía un diente a la puerta del colegio, que se tiraba en plancha a la piscina y que pensaba que la acuarela se utilizaba en el baby..

Que no quería contar esto hoy, pero conmigo nunca se sabe. Y tú, desde luego, no tienes ni puta idea.

99% de ebriedad.

Algunas palabras se quedan calladas al sonar tus carcajadas.
Si mueves el aire es espectáculo, incendias mi ropa con canciones que rebotan...sí, eres espectáculo, espectáculo, y tú ni siquiera lo llegas a notar.

Si dices mi nombre es espectáculo, y me tiemblan las entrañas y se aprietan las paredes de este mundo. Sentí tu esqueleto susurrándome que me quisíste cada día, que rompimos las barreras delsonido comiéndonos la boca, diciendo que el futuro solamente podría convertirse en nuestra suerte.

viernes, 2 de julio de 2010

Que sepas que el final no empieza hoy.

Día de despedidas, para que puedan llegar los reencuentros. Nos gusta sentarnos en las escaleras mecánicas para ver las cosas con otra perspectiva. Somos así. Que nos lleven sentados, que nos graben los besos.
En treinta y seis horas sólo he logrado dormir cuatro o cinco. Y lo más curioso es que no me importa. Un último esfuerzo, ya queda poco para terminar, para volver a empezar.
Tocará tener presente que la distancia no se mide en kilómetros, si no en tiempo.


Además, tu mochila "cidi" habla. Revísala bien.
De Madrid al cielo. Y nunca mejor dicho. Bon voyage, bucanero!

Temazo. Por ti, por mi, por la cerveza japonesa y por tu helado empalagoso. Y es que los buenos días son mejores cuando tú me los das:

http://www.youtube.com/watch?v=dPly3e12ca8







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