lunes, 29 de noviembre de 2010

Ven a mi glaciar

Los prematuros copos que intentan vestir de blanco la ciudad congelan los ardientes recuerdos que llenan mi mente en los ratos en los que el frío amenaza con helarme los dedos.

No es tiempo de nieve. No han terminado de caer las hojas de los árboles y ya las están quitando protagonismo. Es tiempo de luces y adornos maquillando una palpable infelicidad social. Llegan días de llantos a escondidas y sonrisas forzadas, hipócritas cenas y vacíos reencuentros. Días de recordar a todos los que ya no están y preguntarnos si la vida podrá seguir el curso que seguía cuandon ellos aún estaban.
Vamos a darnos regalos sin sentido. Los que yo llamo regalos "porquetoca". Esos que muestran más compromiso que cariño. Pintemos una estampa navideña en nuestro salón y luego tirémonos los trastos a la cabeza. Eso sí, con una velita encendida y la bota en la ventana. Son cosas que no se perciben en la infancia, cuando el pensamiento fantástico ciega la visión de la realidad de los pequeños.

¿Por qué nos engañan de esa manera? Yo no sonrío si no tengo ganas y prefiero seguir llorando a escondidas. Aún disfruto de la nieve cuando cae y si no me gusta tu regalo te lo digo. Pero lo que sí que es cierto es que muchas cosas dejan de tener sentido cuando crecemos. Tal vez tenga algo que ver con la pérdida de la incocencia. Es algo que lo ensucia todo, que nos abofetea durante la adolescencia y se incrusta en nosotros para siempre. Aunque "para siempre" parezca demasiado.

2 comentarios:

  1. No todas las personas pierden esa inocencia pero sí muchas se vuelven ignorantes.
    http://www.youtube.com/watch?v=SfJL8J7J_r8

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  2. Cada uno es libre de engañarse y dejarse engañar. Pierdes tu energía intentando cambiar esos aspectos...El grado de ignorancia es algo q se elige, muchos lo eligen por cobardia a sufrir, ya q cuanta mas ignorancia mas felicidad...Cuanta sensibilidad noto, por qué será :p

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