Muchos hombres creen que soy un concepto o quizás que les complemento o que voy a darles vida, solo soy una mujer jodida que busca su paz de espíritu, no me asignes la tuya.
jueves, 28 de enero de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
Cosas bien hechas
Poco tiene que ver hacer cosas malas con hacer las cosas mal (ni hacer cosas buenas con hacerlas bien, ojo). Las cosas se hacen o no se hacen. Que salgan bien o mal es otra cosa. Que sean buenas o malas es cosa tuya.
Y, si bien puede haber cierta relación de causalidad entre hacer algo bien o mal con que algo sea bueno o malo, no siempre ocurre así. Yo hago cosas buenas que salen mal y cosas malas que salen bien. A mi que me lo expliquen. Que el karma ha debido coger vacaciones (cosa que, por otra parte, no me sorprende). Ultimamente le tenía muy mareado.
Me ato los cordones y recorro la cuidad con mi música atronando. Me gusta, qué pasa. No es malo.
Tampoco es malo empezar a decir lo que se piensa y se siente. Que si se siente, primero se ha pensado. Si no se siente, es que ni se piensa.
Y para dejar de decir, para dejar de sentir, voy a dejar de pensar. Mal hecho, lo sé. Cosa mala, no lo creo. No habrá consecuencias. Cuando haya dejado se sentir, el mundo seguirá girando y yo seguiré atándome los cordones para pasear al ritmo de mi música. Ahora no necesito más.
Llegará en momento en que me canse. Lo sé porque siempre he sido poco constante con mis proyectos. Hoy digo blanco, mañana azul. Y todo por culpa de la impaciencia y el inconformismo acompañantes de mis idas y venidas.
Sí, llegaré cansada a casa. Y sólo entonces, pararé la música, para volver a pensar, para volver a sentir. Para empezar otra vez de cero.
Y, si bien puede haber cierta relación de causalidad entre hacer algo bien o mal con que algo sea bueno o malo, no siempre ocurre así. Yo hago cosas buenas que salen mal y cosas malas que salen bien. A mi que me lo expliquen. Que el karma ha debido coger vacaciones (cosa que, por otra parte, no me sorprende). Ultimamente le tenía muy mareado.
Me ato los cordones y recorro la cuidad con mi música atronando. Me gusta, qué pasa. No es malo.
Tampoco es malo empezar a decir lo que se piensa y se siente. Que si se siente, primero se ha pensado. Si no se siente, es que ni se piensa.
Y para dejar de decir, para dejar de sentir, voy a dejar de pensar. Mal hecho, lo sé. Cosa mala, no lo creo. No habrá consecuencias. Cuando haya dejado se sentir, el mundo seguirá girando y yo seguiré atándome los cordones para pasear al ritmo de mi música. Ahora no necesito más.
Llegará en momento en que me canse. Lo sé porque siempre he sido poco constante con mis proyectos. Hoy digo blanco, mañana azul. Y todo por culpa de la impaciencia y el inconformismo acompañantes de mis idas y venidas.
Sí, llegaré cansada a casa. Y sólo entonces, pararé la música, para volver a pensar, para volver a sentir. Para empezar otra vez de cero.
domingo, 17 de enero de 2010
viernes, 15 de enero de 2010
jueves, 14 de enero de 2010
And so it is...
Mantengo la mirada fija en una persiana bajada. Diez y media de la noche. Supongo que ninguna hora es buena para recibir una mala noticia.
Algo en mi estómago me tiene agarrotada. Me mareo.
¿Has sentido alguna vez cómo te rompes por dentro y cómo eres incapaz de detener toda esa metralla que destruye tu paz?
Intento adivinar las razones que te han llevado a esto y ninguna es racional. No importa, tampoco creo que pudiera llegar a entenderlas.
Intento creer que es verdad, que no voy a volver a verte.
Algunos dicen que el miedo es libre, y tan sólo tú sabes en qué momento decidiste convertirte en su esclava. Tuvo que haber un momento. Un punto de irreversibilidad que dejaste pasar. Pero eso es algo que vas a llevarte contigo, que no vas a decir.
Ahora no hay marcha atrás. ¿Sabes? No hay un botón de "reset" en la vida. Maldita imbécil, no lo hay.
Cuesta creerlo. Cuesta entender. Carácter difícil y buen corazón. La primera en dar cualquier paso. Cualquiera menos este. Como si no quedasen motivos para seguir aquí. Cuesta esperar el final.
¿Crees que no dejas nada? Nos dejas a nosotros. Rotos e impotentes. Nos dejas sin tus ideas, sin tus discusiones sobre cualquier tema, aunque no tuvieras la razón. Intento atrapar todos los momentos que pasamos juntas, y sólo te recuerdo sonriendo. Me da miedo olvidarlos. No quiero olvidarlos.
¿Cómo se puede fingir tanto tiempo? Dime, ¿qué se siente al saber que es la última vez que ves a alguien de quien no vas a despedirte?, ¿qué se siente al decir "nos vemos el verano que viene" sabiendo que eso no va a ocurrir? De verdad, me gustaría saber que se siente.
¿Cómo sabe ocultar que sabes que tu tiempo es cada vez es más limitado, que la fecha de caducidad se acerca y que no te importa?
No consigo entenderlo. Y ya no importa, porque ni si quiera voy a poder abrazarte, ni preguntarte todo esto, ni decirte "qué idiota has sido".
Has cometido el peor error de tu vida.
Paradójico. El peor error de tu vida, la muerte. Lo sabes, pero aunque te hayas dado cuenta, no vas a admitirlo. Y no quiero que lo hagas, dejarías de ser tú.
Algo en mi estómago me tiene agarrotada. Me mareo.
¿Has sentido alguna vez cómo te rompes por dentro y cómo eres incapaz de detener toda esa metralla que destruye tu paz?
Intento adivinar las razones que te han llevado a esto y ninguna es racional. No importa, tampoco creo que pudiera llegar a entenderlas.
Intento creer que es verdad, que no voy a volver a verte.
Algunos dicen que el miedo es libre, y tan sólo tú sabes en qué momento decidiste convertirte en su esclava. Tuvo que haber un momento. Un punto de irreversibilidad que dejaste pasar. Pero eso es algo que vas a llevarte contigo, que no vas a decir.
Ahora no hay marcha atrás. ¿Sabes? No hay un botón de "reset" en la vida. Maldita imbécil, no lo hay.
Cuesta creerlo. Cuesta entender. Carácter difícil y buen corazón. La primera en dar cualquier paso. Cualquiera menos este. Como si no quedasen motivos para seguir aquí. Cuesta esperar el final.
¿Crees que no dejas nada? Nos dejas a nosotros. Rotos e impotentes. Nos dejas sin tus ideas, sin tus discusiones sobre cualquier tema, aunque no tuvieras la razón. Intento atrapar todos los momentos que pasamos juntas, y sólo te recuerdo sonriendo. Me da miedo olvidarlos. No quiero olvidarlos.
¿Cómo se puede fingir tanto tiempo? Dime, ¿qué se siente al saber que es la última vez que ves a alguien de quien no vas a despedirte?, ¿qué se siente al decir "nos vemos el verano que viene" sabiendo que eso no va a ocurrir? De verdad, me gustaría saber que se siente.
¿Cómo sabe ocultar que sabes que tu tiempo es cada vez es más limitado, que la fecha de caducidad se acerca y que no te importa?
No consigo entenderlo. Y ya no importa, porque ni si quiera voy a poder abrazarte, ni preguntarte todo esto, ni decirte "qué idiota has sido".
Has cometido el peor error de tu vida.
Paradójico. El peor error de tu vida, la muerte. Lo sabes, pero aunque te hayas dado cuenta, no vas a admitirlo. Y no quiero que lo hagas, dejarías de ser tú.
martes, 12 de enero de 2010
Me gusta/No me gusta (I)
Me gustan la nieve, los abrazos y los conciertos bien cantados. El olor a césped recién cortado, las tormentas de verano y secar mi cuerpo al sol.
Me gusta la sopa caliente, las croquetas frías y mirar sin ver la tele.
Odio las faltas de ortografía, el olor a sudor, y decir "no" cuando quiero decir "sí".
Me gusta llevar banda sonora mientras ando, el sonido del mar, los besos robados, y mucho más (aún) si los guardas para mi.
Me gusta leer en la ribera, el fuego en las chimeneas, viajar en tren y hablar con desconocidos.
No me gustan los ratones, los prejuicios y los puntos finales abandonados por dos puntos suspensivos.
Adoro el cine, contar las estrellas y hablar en la oscuridad. La inocencia de los niños e imaginar la historia de las personas cuando cojo un autobús.
No me gustan los aviones, la gente que estudia en alto, ni los cantantes que no componen sus canciones.
Sin embargo, me encanta la sensación de calor al llegar a casa en invierno, las toallas calientes después de una ducha y los días en que camino a tres metros sobre el suelo.
No me gustan los gritos de mi madre, los falsos juramentos ni que me obliguen a hacer algo.
Me gusta pelar las manzanas sin que se me rompa la cáscara y desenvolver los bombones sin que se rompa el papel.
Las sorpresas, los coches pequeños y los ojos grandes.
(continuaré...)
Me gusta la sopa caliente, las croquetas frías y mirar sin ver la tele.
Odio las faltas de ortografía, el olor a sudor, y decir "no" cuando quiero decir "sí".
Me gusta llevar banda sonora mientras ando, el sonido del mar, los besos robados, y mucho más (aún) si los guardas para mi.
Me gusta leer en la ribera, el fuego en las chimeneas, viajar en tren y hablar con desconocidos.
No me gustan los ratones, los prejuicios y los puntos finales abandonados por dos puntos suspensivos.
Adoro el cine, contar las estrellas y hablar en la oscuridad. La inocencia de los niños e imaginar la historia de las personas cuando cojo un autobús.
No me gustan los aviones, la gente que estudia en alto, ni los cantantes que no componen sus canciones.
Sin embargo, me encanta la sensación de calor al llegar a casa en invierno, las toallas calientes después de una ducha y los días en que camino a tres metros sobre el suelo.
No me gustan los gritos de mi madre, los falsos juramentos ni que me obliguen a hacer algo.
Me gusta pelar las manzanas sin que se me rompa la cáscara y desenvolver los bombones sin que se rompa el papel.
Las sorpresas, los coches pequeños y los ojos grandes.
(continuaré...)
lunes, 11 de enero de 2010
Aunque tú no lo sepas- Luis García Montero
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
domingo, 10 de enero de 2010
El principito.
—Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor
gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?
El principito enrojeció y después continuó:
—Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es
importante!
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos.
La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte. ¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar! Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…". No sabía qué decirle, cómo consolarle y
hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?
El principito enrojeció y después continuó:
—Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es
importante!
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos.
La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte. ¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar! Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…". No sabía qué decirle, cómo consolarle y
hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
Crisis
Según la wikipedia, se dice que la crisis es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas.
Todo, absolutamente todo en mi vida está cambiando.
Y siempre me han asustado los cambios, sobre todo cuando no me aportan seguridad. Pero supongo que va tocando crecer y experimentar la vida real de una manera más cercana.
Ni bueno ni malo. Diferente. La familia cambia, cambian los amigos, cambian los lugares, las ocupaciones, las costumbres o hábitos.
¿He cambiado yo?
Todo, absolutamente todo en mi vida está cambiando.
Y siempre me han asustado los cambios, sobre todo cuando no me aportan seguridad. Pero supongo que va tocando crecer y experimentar la vida real de una manera más cercana.
Ni bueno ni malo. Diferente. La familia cambia, cambian los amigos, cambian los lugares, las ocupaciones, las costumbres o hábitos.
¿He cambiado yo?
Miau
Mis amigos se han comprado un gato.
No tiene raza, dicen. Gato común. Es negro y se llama Horus, como un antigüo dios egipcio.
Tiene ojos verdes, y creo que no le caigo demasiado bien.
Hace cosa de dos meses, en una de mis fugas terminé comiendo en ese segundo hogar. Horus se sentó en la silla de al lado a la que yo ocupaba. Y mientras comía una hamburguesa, desafiante, comenzó a mirame. Miré esos ojos fijamente. Aguanté la mirada todo lo que pude, pero Horus siempre es más fuerte. No le di mayor importancia hasta que saltó hacia mi plato de la manera más felina que hubiera podido experimentar hasta entonces. Claro, que ahí aún no me había atacado el maldito perro. Pero ese es otro asunto a tratar.
Que por qué lo cuento, podréis preguntar. Pues porque a nadie le interesa, y porque en mi blog escribo, básicamente, lo que me da la gana. Sólo quería dejar constancia de que yo siempre he querido querer a ese bicho endemoniado y juguetón que me hace la vida en esa casa algo inquietante.
Un maullido para Horus!
Dejo una canción, porque sé que cada vez que la escuche me trasladará al día de hoy. Tanto Juanpe como yo, mantenemos la idea de que las canciones, al igual que ciertos olores o sabores, pueden hacerte viajar en el tiempo y el espacio de manera instantánea. He aquí un momento más:
http://www.youtube.com/watch?v=ANJ1H36mIUQ
.
No tiene raza, dicen. Gato común. Es negro y se llama Horus, como un antigüo dios egipcio.
Tiene ojos verdes, y creo que no le caigo demasiado bien.
Hace cosa de dos meses, en una de mis fugas terminé comiendo en ese segundo hogar. Horus se sentó en la silla de al lado a la que yo ocupaba. Y mientras comía una hamburguesa, desafiante, comenzó a mirame. Miré esos ojos fijamente. Aguanté la mirada todo lo que pude, pero Horus siempre es más fuerte. No le di mayor importancia hasta que saltó hacia mi plato de la manera más felina que hubiera podido experimentar hasta entonces. Claro, que ahí aún no me había atacado el maldito perro. Pero ese es otro asunto a tratar.
Que por qué lo cuento, podréis preguntar. Pues porque a nadie le interesa, y porque en mi blog escribo, básicamente, lo que me da la gana. Sólo quería dejar constancia de que yo siempre he querido querer a ese bicho endemoniado y juguetón que me hace la vida en esa casa algo inquietante.
Un maullido para Horus!
Dejo una canción, porque sé que cada vez que la escuche me trasladará al día de hoy. Tanto Juanpe como yo, mantenemos la idea de que las canciones, al igual que ciertos olores o sabores, pueden hacerte viajar en el tiempo y el espacio de manera instantánea. He aquí un momento más:
http://www.youtube.com/watch?v=ANJ1H36mIUQ
.
viernes, 8 de enero de 2010
Y la vida siguió...
Justicia, algo por lo que no has podido luchar. Has decidido quedarte quieta, en silencio, y esperar que el tiempo actúe. Nunca has creído que eso pueda pasar, pero iniciar una lucha habría sido demasiado doloroso.
Y,¿qué es lo justo en este caso? ¿quién es el malo? ¿quién es el bueno?
Llega un punto en el que no consigues distinguir qué es lo real y qué es lo imaginario. Es imposible discernir, y has aprendido que todo puede dar la vuelta cuando menos te lo esperas.
Por eso aguardas el momento. El momento de sentirte bien, de comprobar que "todo pasa", que "no fue para tanto", que "no merecía la pena estar así".
"Basta de martirios, termina con las lágrimas, no es culpa tuya que la tuerca haya querido girar"- piensas en tu habitación cada noche.
Y tú me llamas,me abrazas, y me dices que no te vas a ir. Pero, ¿a quién creer ahora?
Ya no hay nada y todo ha seguido "como siguen las cosas que no tienen mucho sentido".
Y,¿qué es lo justo en este caso? ¿quién es el malo? ¿quién es el bueno?
Llega un punto en el que no consigues distinguir qué es lo real y qué es lo imaginario. Es imposible discernir, y has aprendido que todo puede dar la vuelta cuando menos te lo esperas.
Por eso aguardas el momento. El momento de sentirte bien, de comprobar que "todo pasa", que "no fue para tanto", que "no merecía la pena estar así".
"Basta de martirios, termina con las lágrimas, no es culpa tuya que la tuerca haya querido girar"- piensas en tu habitación cada noche.
Y tú me llamas,me abrazas, y me dices que no te vas a ir. Pero, ¿a quién creer ahora?
Ya no hay nada y todo ha seguido "como siguen las cosas que no tienen mucho sentido".
miércoles, 6 de enero de 2010
...pero no.
No es lo mismo que me digas que me quieres a que me quieras sin decirlo.
Ya es sabido que la valentía se paga cara, y tú eres demasiado probre.
Y es que no es lo mismo que digas "vete para no volver" que "vuelve y no te vayas". Que ya no sabes si blanco es mejor que negro. Que hoy lo uno y mañana lo otro. Me mareo y el vértigo no es una sensación agradable.
Porque no es lo mismo esperar para tenerte que no tenerte y esperar. Tres son mutitud, y deberías saber que en esta baraja o sobra una sota, o muere el rey. Que apuesto a espadas, pero gano en copas.
Tampoco es lo mismo perdonar y no olvidar, que olvidar sin perdonar.
Ni contar los días que quedan para verte, que romper el calendario por no contar en vano.
Ni que bailes con ella pensando en mí, a que pienses en mí bailando conmigo.
Que jamás pensé que elegir lo cómodo, fácil o racional fuera la tuyo. Pero nada me sorprende si viene de ti.
Ahora dime que no me quieres, que me vaya para no volver, que no te espere porque no voy a tenerte, que te olvide sin perdón, que rompa el calendario porque si bailas con ella no piensas en mí.
Dilo una vez más. Quiero oírlo. Aunque sólo sea para quererte un poco más, para quedarme y no marcharme, para esperarte tachando días del calendario. Sin olvido, con perdones, y bailando contigo hasta el amanecer.
Ya es sabido que la valentía se paga cara, y tú eres demasiado probre.
Y es que no es lo mismo que digas "vete para no volver" que "vuelve y no te vayas". Que ya no sabes si blanco es mejor que negro. Que hoy lo uno y mañana lo otro. Me mareo y el vértigo no es una sensación agradable.
Porque no es lo mismo esperar para tenerte que no tenerte y esperar. Tres son mutitud, y deberías saber que en esta baraja o sobra una sota, o muere el rey. Que apuesto a espadas, pero gano en copas.
Tampoco es lo mismo perdonar y no olvidar, que olvidar sin perdonar.
Ni contar los días que quedan para verte, que romper el calendario por no contar en vano.
Ni que bailes con ella pensando en mí, a que pienses en mí bailando conmigo.
Que jamás pensé que elegir lo cómodo, fácil o racional fuera la tuyo. Pero nada me sorprende si viene de ti.
Ahora dime que no me quieres, que me vaya para no volver, que no te espere porque no voy a tenerte, que te olvide sin perdón, que rompa el calendario porque si bailas con ella no piensas en mí.
Dilo una vez más. Quiero oírlo. Aunque sólo sea para quererte un poco más, para quedarme y no marcharme, para esperarte tachando días del calendario. Sin olvido, con perdones, y bailando contigo hasta el amanecer.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)